Tengo 26 años y estudio música. Tengo depresión y a veces me preguntan cómo es eso. Acá planeo escribir sobre cómo es mi vida de estudiante, y compartir artículos que encuentre interesantes, para darles una idea de cómo es =)

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Media semana complicada (14, 15 y 16 de septiembre)


Lunes

El lunes, pese al bello domingo que pasé, me levanté sin muchas ganas de ir a la clase de Audio. Finalmente, haciendo un esfuerzo, pude ir. Estuvo entretenida y novedosa. En el recreo almorcé una tarta de calabaza, ricota y verdura. Bien ahí, comí vegetales!! ;) De vuelta a casa quise sacar el boleto estudiantil, pero no había sistema. En el subte venía muy cansada. Mi plan era estudiar algún instrumento antes de ir a terapia, pero en vez de eso me puse a boludear en la compu.

Cuando volví de terapia estaba cansada y con un humor de perros. Mi novio llegó de trabajar y también se enchivó porque yo estaba mala onda. Le conté todas las pálidas del día, que ahora mismo no recuerdo cuáles eran. Tampoco recuerdo nada del resto de la tarde, sólo que no estudié ningún instrumento.


Martes

Llegó el martes: clase de Educación Vocal por la mañana. Tengo un temita importante con esa clase: no logro sacar la voz, entonces vocalizo mal, me duele y me angustia el fracaso. Yo ya pude sacar la voz alguna vez en mi vida, y sé cómo se siente. Se siente genial, básicamente. Pero este año sólo me pasó una vez. Ahora no puedo hacerlo. Hace un buen par de semanas que estoy muy tensa y contracturada, y eso me hace doler el cuerpo cuando toco, principalmente la flauta. También siento que mi capacidad de aire, en vez de avanzar, retrocedió.

De todos modos junté coraje y fui a clase. En esta clase hay un montón de gente copada. Grupo chico, hubo bastante deserción. A la salida siempre nos quedamos todos en la calle charlando un ratito. Está re bueno socializar. Guau, no puedo creer que esté diciendo esto.

Después fui a clase de ruso, o sea que pese al desgano pude ir a mis dos clases del día =)

La tarde en casa fue mala, porque no pude juntar voluntad para estudiar nada de nada. Pero la noche... la noche fue una pesadilla. Me vino una gran angustia y malos recuerdos del pasado. Me puse a llorar copiosamente. Eran las 10 de la noche y yo quería bañarme antes de dormir. Me sentía muy sucia del andar del día. De veras mi cuerpo deseaba el agua calentita y el jabón. Deseaba limpieza. Yo quería bañarme. Pero no podía sacarme ni la ropa. Estaba muy angustiada y me sentía como amenazada y tensa. Por supuesto, no había ninguna amenaza a la vista; sólo estaba mi Ruludo tratando de ayudarme como pudiera. Yo lloraba casi a gritos.




Se necesitó una gran fuerza de voluntad para sacarme la ropa. Cada prenda que me iba sacando, paraba unos segundos para llorar. Viendo tanta dificultad, mi novio intentó que pospusiera el baño y me metiera en la cama hasta sentirme mejor. No quise. Yo quería bañarme. Tenía derecho a bañarme. Y esta enfermedad de mierda no me iba a quitar ese derecho. Con gran esfuerzo me saqué la última prenda. Mientras lo hacía, me sentía como los héroes de las películas cuando logran hazañas importantes, tan valiente necesitaba ser. Por fin, casi desnuda, excepto la ropa interior de abajo que no pude sacarme, con gran ayuda de mi Ruludo y llorando a gritos a cada paso, logré entrar en la ducha.

Ah, el agua calentita. Qué bien se sentía! Sonreí, la disfruté. Tanto había deseado el agua! En un minuto dejé de llorar. Los recuerdos malos se fueron lavando de a poquito con el agua. Se fueron por la cañería. Salí mucho mejor de mi baño, feliz de estar limpia. Qué alivio!

Me fui a dormir inmediatamente. Ya tenía planeado no ir al día siguiente a clases. Estando tan inestable, tengo miedo de que me agarre una crisis de angustia en plena clase o en la calle. Pero no estaba muy segura, porque, por supuesto, quería ir a clases! Quería sentirme bien y poder ir. Pensé: "Veamos cómo me levanto mañana". La noche fue un bajón: dormí re mal. Me despertaba a cada rato, estaba muerta de hambre (había comido por última vez a las 4 pm) y para colmo me dolían mucho los codos. En la mitad de la noche tuvo que levantarse el Ruludo a traerme la almohadilla eléctrica. Algo ayudó. Pero pasé una noche de perros.

Miércoles

Al día siguiente no estaba en condiciones de salir, aunque lo consideré. A las 7 am le pedí a Rulos un mate cocido, que tomé con dos churros, y él me ofreció quedarse en casa, faltando al trabajo. A veces hace eso cuando el día anterior yo estuve muy mal, al día siguiente se queda en casa.

Pasé un día normal, ni muy positivo ni muy negativo. Por la tarde estuve con el piano. 15 minutos que me parecieron eternos. Terminé llorando. No me pregunten por qué. Angustia. Falta de paciencia con mis errores. Deseo de estar sana y estudiar. Descansé. Más tarde, mientras Rulos se bañaba, yo quería tocar la flauta, pero estaba confinada al comedor. Por algún motivo tenía en la cabeza el "Apocalipsis en 9/8" de Genesis. Puse la canción y me puse a sacar lo más básico: lo que hacen la guitarra y el bajo. Mi-Mi-Fa#-Mi-Si-Mi-Mi-Mi-Fa#, repetir durante 5 minutos, luego bajar y hacer el mismo dibujito en la tonalidad vecina. En una parte entra la flauta y toca las mismas notas acompañando al resto. Me divertí un buen rato tocando con la música! Cuando salió mi Ruludo del baño le mostré orgullosa mi trabajito.

Un perro tocando la flauta.
Interpreten esto como quieran...

Después de bañarme pude tocar la flauta unos 30 minutos con interrupciones. Sólo escalas, nada de ejercicios del libro ni obras. Peor es nada.

[Es tarde, quiero comer e irme a dormir. He escrito un testamento sobre mi semana. Qué egocéntrica! Ni que a alguien le importara.]

Los ravioles de verdura están buenos.

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