Tengo 26 años y estudio música. Tengo depresión y a veces me preguntan cómo es eso. Acá planeo escribir sobre cómo es mi vida de estudiante, y compartir artículos que encuentre interesantes, para darles una idea de cómo es =)

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Domingo soleado

[Escrito el lunes 14/09/15]

Hace mucho que no escribo en el blog. Esto es porque quiero empezar a incluir posts que sean de información, como era mi idea original, y todavía no me pongo a recopilar información y a buscar artículos. No quiero que este blog sea un espacio pura y exclusivamente catártico. Escribir durante mis malos ratos y compartir los buenos me hace bien a mí misma, pero quiero que esos relatos tengan la finalidad de que los que no tienen depresión puedan ver cómo es el día a día de alguien que sí tiene. Quiero que tengan un propósito, que ayuden al que quiera saber cómo es la cosa por dentro. A lo mejor algún día viene alguien por acá, que tiene a un ser querido con depresión, y quiere saber cómo es la cosa, cómo se siente esa persona, para poder ayudarla mejor, o simplemente comprenderla, o al menos, mínimamente, saber qué NO decir, para no hacerla sentir peor. Mi experiencia no es exactamente igual a la de todas las personas con depresión. Pero está bueno conocer las experiencias de otros. A mí, por ejemplo, me sirvió leer los relatos de otras personas y ver cuántas cosas que a ellos les pasaban me pasaban a mí también. Me ayudó a entenderme. Es muy feo que te pasen cosas y no entender por qué, qué carajo es lo que está mal con vos para sentirte así. La educación y la comunicación hacen una diferencia inmensa.

Ayer, domingo, tuve un día exitoso. Aunque me levanté tarde, pude hacer mis 30 minutos de cada instrumento. A las pocas horas de levantarme empezó a dar el sol en mi habitación. Cuando pasa eso, a veces dejo todo lo que estoy haciendo y me tiro al solcito. Me hace mucho bien. Esta vez decidí agarrar la flauta como compañía, y el celular para cuando me cansara. Me puse a tocar escalitas y chatear con una compañera cuando me cansaba de tocar. Me sentía contenta: el sol me pone de buen humor, sobre todo cuando puedo sentarme a disfrutarlo. Eso es ahora que estoy mejor; antes no podía disfrutarlo. Una de las características típicas de la depresión es que de a poquito dejás de disfrutar de las cosas que te gustan. Simplemente ya no te traen la alegría o el placer de antes. Es muy triste sentir que aquello que te hacía feliz ya no lo hace. Podés llegar a pensar que te dejó de gustar, y eso te da tristeza. En realidad no es eso, sino que es la depresión la que te impide disfrutarlo. No sé cómo funciona, pero es lo que pasa. Por eso no me doy por vencida con el aprendizaje de los instrumentos, aunque parezca que sufro mucho estudiando. Sé que sufriría más si los abandono. Lo sé por experiencia.

Volviendo al tema del sol, recuerdo claramente un día en 2013 (¿o sería a principios de 2014?) en el que yo estaba mirando por el balcón. Afuera se veía un día precioso! Los árboles al otro lado de la vía estaban llenos de flores, iluminados por el sol, y se balanceaban con el viento. Yo me sentí tan triste mirándolos como me hubiese sentido de contenta en otros tiempos. Eran tan hermosos! Me puse a llorar, porque veía un día tan hermoso y no podía disfrutarlo. Sentía una tristeza que no parecía tener motivo, y era tan grande que ni siquiera un día tan hermoso lograba distraerme. Pensé: "Antes me encantaban los días así y los disfrutaba muchísimo. Ahora los miro y esta tristeza no cede ni un poco."

Por suerte, ayer pude disfrutar del sol otra vez. El sol sale y yo me saco la ropa y me tiro en la cama, riendo feliz y gritando: "¡Sol, sol!". A mi novio le da ternura. Doy vueltas en el solcito. Es algo así como la felicidad.

Las sesiones de estudio de ayer quedaron para la noche, después de una rica merienda con chipá. Primero la flauta. Me puse a hacer la bendita melodía que tenía de tarea. Es difícil, pero muy hermosa! Avancé bastante. A mis oídos sale espantosa, pero al menos me alegró poder practicarla. Le dediqué más de media hora, con descansos en el medio.

Después el piano. Estos días estoy dedicada por completo a dos obras cortitas de Czerny (la 15 y la 18). Practiqué un montón y vi cómo mi memoria iba reteniendo ciertas partes. Me sentí contenta con el progreso y luego me regalé unas cuantas horas de trabajar en mi agenda. Es como un diario donde escribo lo que me pasó en el día, letras de canciones, etc. Me gusta pintarlo con colores y algunas hojas las imprimo en la compu. Puedo pasar horas haciendo eso, me encanta.

En resumen, un día muy positivo!! Sol, estudio y entretenimiento!! Quiero transmitirles que una persona con depresión no está necesariamente toooodo el día llorando. Quiero contarles sobre estos días buenos, así como escribo sobre mis malos ratos. 

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