Tengo 26 años y estudio música. Tengo depresión y a veces me preguntan cómo es eso. Acá planeo escribir sobre cómo es mi vida de estudiante, y compartir artículos que encuentre interesantes, para darles una idea de cómo es =)

martes, 29 de septiembre de 2015

Ratitos de estudio, ep. 4: Viernes 28/08

[Sigo con los escritos viejitos que encontré en mi compu. Éste es la continuación de este post de hace un par de días. Es el último de esa seguidilla de tres días.]

Son las 7 de la tarde cuando me siento a estudiar en el piano por primera vez en el día. Ahora que lo escribo, suena bastante triste la frase (debería haberme puesto a estudiar antes, mucho antes; ¿qué hice en todo el día? Ah, cierto: boludear en internet, obvio), pero en el momento en que me senté, estaba un poco contenta de por fin haberme podido sentado a estudiar.

No tengo sueño porque acabo de dormir una bella siesta de casi una hora. Genial, el factor sueño no será un tema, como ayer. Pongo la alarma a las 7:30. Mientras lo hago pienso que no tengo que sentirme derrotada si no logro hacer la media hora de un tirón; es una referencia, nada más.

Elijo otra vez a Schumann. Me concentro otra vez en tocar mezzoforte con la mano derecha y pianissimo con la izquierda, o al menos eso es lo que tengo que intentar. La mejoría es muuuy leve. Me cuesta mucho no golpear las teclas con la mano izquierda con bronca. Yerro notas por doquier, pero trato de que no me afecte. Estoy haciendo otra cosa ahora: estoy buscando tocar una mano más fuerte que la otra. No me estoy concentrando en notas, me digo a mí misma. Se me vienen a la mente espectadores, gente imaginaria diciéndome que estoy mal sentada, que lo que suena no tiene vida ni matices, etc. Trato de no prestarles atención. Creo que es la depresión, poniéndose máscaras de gente que no existe. Estoy trabajando la diferencia entre las dos manos, me repito a mí misma. No importan las pifiadas de dedos.

Este asunto de estar imaginando cosas y callándolas y recibiendo críticas propias y callándolas y tratando de sacarse todas las pelotudeces de la cabeza y espantando pensamientos feos como si fueran mosquitos… se puede hacer. Bah, al menos yo, en este momento, puedo hacerlo. Pero tiene un costo: el cansancio. Cuando viene un pensamiento, lo espanto, pero enseguida es reemplazado por el siguiente:

- Era Re.
- No importa.
(Sigo.)
- La mano izquierda muy fuerte.
- Bueno, la próxima frase saldrá mejor.
(Sigo.)
- Estás mal sentada.
(Lo corrijo; sigo.)
- No, era Mi. Esta es la segunda vuelta.
(Sigo.)
- La mano derecha está tensa.
(La corrijo; sigo.)

Es como espantar un mosquito y que enseguida nomás venga otro y lo espantes y viene otro y lo sacás y viene otro y lo echás y… tarde o temprano vas a terminar podrida. Se pueden ignorar, se pueden espantar estos pensamientos. Pero siempre vuelve otro y el hecho de tener que echarlos es un desgaste energético. Y si no los echo, me viene el bajón por estar tocando tan, tan mal. Tengo que echarlos (es decir, ignorarlos) porque si los escucho, me destruyen.

Unos 10 minutos después (los miro en el celu), cambio de obra y voy con Czerny. La mano izquierda, perfecta. Cómoda y relajada, parece estar contenta con lo que toca. La derecha, en cambio, no está contenta. Se la ve tensa e incómoda. Miro las manos, las comparo. Pienso qué tiene una que le falta a la otra. Con las manos quietas, comparo la posición, trato de ver qué está mal con la derecha. Tanteo con una mano el peso de la otra. La derecha, no me sorprende, está como reteniendo el peso. Empiezo a moverme en la silla y trato de ver si estoy bien sentada. Todavía no encuentro mi postura cómoda para tocar. ¿Estoy muy alta? ¿Muy baja? Aquí los brazos parecen cómodos, pero las piernas no me llegan al piso… Corro la silla giratoria de oficina y la pata se engancha con una alfombra pequeña que está en el camino. Nota mental: decirle al Ruludo que la saque cuando venga. Pienso en sacarla yo ahora, pero no, perdería tiempo. Sigo.

Para las 7:23, estoy agotada, y aparecen los primeros síntomas de angustia. Elijo levantarme y venir a escribir y distraerme. Hice 20 minutos. Estoy conforme con haber hecho algo. Ahora cuando venga el Ruludo vamos a merendar juntos. Me voy a tomar un rico mate cocido con un gran pedazo de bizcochuelo, lleno de dulce de leche. Sonrío =)

No hay comentarios:

Publicar un comentario